
Un día de safari
Quién piense que hacer un safari es algo relajante y fácil está muy equivocado.
Si cualquier viaje a África es intenso, ir en busca de animales salvajes todavía aumenta la intensidad. De hecho, cuando hemos vuelto de África, siempre hemos pensado que necesitábamos más días de vacaciones para descansar.
No sabemos si es la emoción de encontrarte con animales salvajes, el ritmo del día, el traqueteo del camino, las pocas horas de sueño,… al final del día el cansancio es enorme.
Eso sí, en cuanto estas en medio de la sabana rodeado de animales, todo este cansancio se olvida, no importa el madrugón, ni el cansancio, ni el frio,…
Aunque hay muchas maneras de ir de safari, normalmente se suelen organizar de la misma forma. Aquí te dejamos, en base a nuestras experiencias, como es un día de safari:
La importancia de madrugar
Si algo tienes que tener claro antes de lanzarte a hacer un safari es que te va tocar madrugar mucho.
Los animales como los leones, leopardos,… aprovechan las bajas temperaturas antes de que salga el sol para cazar por lo que es cuando mayor actividad tienen y, cuando más probabilidad tienes de verlos.
Una vez que el calor aprieta ellos se tumban en la sombra y es más difícil encontrarlos.
Por todo esto tu día también comenzará temprano y la hora de salida dependerá también de si duermes dentro del parque y del horario del mismo.
A lo largo de África encontrarás parques en los que está prohibido circular fuera de un horario y que cierran sus puertas para evitar que nadie entre.
Si tu alojamiento está fuera del parque todavía madrugarás mucho más porque tienes que sumar el tiempo que tardas en llegar hasta él para estar puntual en la puerta antes de su apertura.
La hora del té
Cuando ya el frio comienza a desaparecer es hora de hacer un alto en el camino para estirar las piernas y tomar algo caliente.
Esto quiere decir que la mañana de safari va llegando a su fin, pero no te preocupes, todavía verás elefantes, impulsa, ñus, monos, jirafas, rinocerontes, aves,… ellos no descansan.
Regreso al alojamiento
Poco a poco toca regresar al alojamiento para descansar un rato. Bueno esto es lo que nos dicen, pero la realidad es que no tienes tiempo que perder.
Como el calor aprieta, lo primero que puedes hacer es darte un baño en la piscina desde la que si tienes suerte podrás seguir viendo animales que se acercan a beber a las charcas de agua que suelen tener la mayoría de Lodge y campamentos.
Después del baño toca almorzar. En algunos alojamientos el restaurante también tiene vistas a la charca por lo que estarás pendiente de ella en todo momento. Además nunca sabes que animal se va acercar hasta ella.
Ahora si, tiempo para la siesta. Pero no creas que mucho porque enseguida te toca volver a salir con el 4×4.
Color mágico
No queda mucho tiempo para que se ponga el sol y los animales vuelvan a retomar su actividad. Este momento del día no es solo mágico por poder observar la vida salvaje sino por los colores que la puesta del sol deja sobre el cielo.
El azul del cielo comienza a ganar intensidad mientras que el sol cambia de tonos convirtiéndose en rosa.
Este es un momento mágico que nunca olvidarás.
Hora de cenar
De vuelta en tu alojamiento, este es el momento en el que más relajado estaráss. No hay prisa, lo que toca es disfrutar de la cena en buen compañía.
Después de cenar y tomar algo, tienes varias opciones entre las que ir a dormir no esta.
Waterhole
Durante el día son muy frecuentados por elefantes, facóqueros, impalas, ñus, cebras, jirafas, aves e incluso leones.
Pero cuando ya todo esta en silencio y apenas hay nadie es cuando hay que acercarse al waterhole y probar suerte por si aparece el rinoceronte o el leopardo.
Safari nocturno
Si te has quedado con ganas de ver más animales, algunos alojamientos ofrecen safaris nocturnos. Nosotros hicimos uno y no repetimos, no nos gustó mucho que enfocarán directamente a los animales con los focos.
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Aquí te dejamos un enlace a los Parques que hemos visitado en África: Parque Nacional Chobe y Parque Nacional Tsavo East.

