Lo que nadie te cuenta de las Islas Griegas
Recién llegados de nuestro viaje por las Islas Griegas, te vamos a contar lo que nadie te cuenta de su viaje a este lugar, antes de olvidar cada detalle del viaje.
Cuando decidimos viajar a las Islas Griegas, nos imaginamos islas con encantadores pueblos blancos, playas de agua turquesa y transparente y lugares llenos de tranquilidad.
El primer contacto con Grecia fue Atenas, donde estuvimos unos días, antes de pisar la primera isla. Desde aquí, volamos a la isla de Santorini en un vuelo de menos de una hora.
En el aeropuerto, cogimos nuestro coche de alquiler que, habíamos reservado con antelación, y antes de instalarnos en el hotel comenzamos a recorrer la isla.
La primera impresión asusta mucho, coches por todas partes, dos sentidos en calles muy estrechas hasta para uno, donde aparcan coches, motos y quads, los cuales van sin casco y te adelantan por la derecha, por la izquierda, autobuses, furgonetas, camiones,… que circulan por donde tu piensas que no pueden entrar.
Nadie usa intermitentes, lo que mejor funciona es la ley del más fuerte. Y, es que, hay que ver los coches de la isla, golpeados, rozados e incluso sin matrícula.
Y cuidado, porque si las vías son estrechas, todavía la gente va andando por ellas, de dos en dos, uno en cada lado,…
Pero claro, este es el resultado de la saturación de gente que sufren las islas griegas.
Una de las mejores recomendaciones que podemos darte es que madrugues mucho (bueno, y que evites los meses de Julio, Agosto y Septiembre). Además de evitar el calor, podrás disfrutar, en calma, de los lugares más característicos. Entre la gente alojada en la isla y, la que baja de los cruceros, a partir de las 10 de la mañana caminar por las estrechas calles se pone complicado.
Otro de los resultados de la saturación que sufren las islas griegas es, que todo es mucho más lento. Desplazarte en coche 5 kilómetros lleva mucho tiempo, comer en un restaurante te llevará más tiempo, … Y, que te vamos a contar de algunos lugares donde hacerte fotos.
Colas, largas colas para poder acceder a un punto desde el que hacerte una fotografía. Nos hemos quedado asustados, como le llamaremos nosotros a partir de este viaje, a los puntos más fotografiados «el postureo de Instagram».
Increíble, sobre todo en Santorini, y mas concreto en Oia, lo que cuesta hacerte una foto. Gente cambiándose de ropa, llegando vestidos de forma cómoda y cambiándola por otra.
Algunos, hasta contratan fotógrafos y alquilan casas para hacerse una foto.
En Oía, el castillo se ocupa dos horas antes de la puesta de sol. No sé, nos pareció locura total.
Y ahora, vamos a contarte lo que más pena nos ha dado de todo esto y, por lo que más hemos visto la saturación de las islas. De hecho, a veces nos sentíamos culpables de estar allí.
Contenedores y papeleras a rebosar de basura, plásticos por todas partes, en cunetas, arbustos, arena, agua, calles menos turísticas, coches y motos abandonadas por todas partes, …
Malos olores debido al escaso alcantarillado y saneamiento de las islas. También, hemos visto cómo los restaurantes y bares que están junto al mar, tiran el agua con la que limpian sus terrazas, directamente al mar , a pesar de que le echan lejía y otros productos de limpieza.
Calles en las que se prohibe el paso porque mucha gente no respeta tejados o terrazas, vehículos aparcados en cualquier sitio, tráfico constante, tanto en tierra como en mar.
Con todo esto no queremos decir que el viaje a la islas griegas no merezca la pena, todo lo contrario. Hay lugares mágicos y puestas de sol que no verás en ningún otro lugar. Y además, conocerás a gente amable y siempre dispuesta a ayudarte.