Diario de un viaje a la Antártida – Día 7
Hoy amanecemos temprano, no lo sabemos todavía, pero este es nuestro último día de viaje a la Antártida. Va a ser intenso, lleno de emoción y sorpresas, pero nuestro último día en el paraíso. En la Antártida el tiempo cambia de forma muy brusca, y hoy tendremos la oportunidad de vivirlo.
14 de Enero de 2025 – Día 7
Creo que hoy es el día que más temprano nos levantamos desde que comenzó este viaje a la Antartida, ya lo sabíamos desde ayer, pero aún así cuesta. Suena la alarma, son las 6 de la mañana, nos avisan que estamos a punto de comenzar a cruzar el canal de Lemaire. Nos vestimos lo más rápido que podemos, no nos lavamos ni la cara.
En cubierta ya hay mucha gente preparada para el gran momento. La temperatura es de 5º C, el cielo está parcialmente cubierto, olas de 0,1 metros y viento de 8 nudos E.
El paso del canal es estrecho y a esta hora la luz es muy bonita, fuera hay un silencio absoluto, hasta las ballenas duermen. El canal tiene unos 11 kilómetros de largo y en su final, se estrecha a 600 metros, de hecho parece que no tiene salida.
Comenzamos, lentamente el barco se adentra en el canal, queremos disfrutar de esta navegación escénica sin prisa, no hemos tomado ni un café, pero vamos muy atentos. A ambos lados tenemos montañas de hasta 1000 metros de altura, glaciares con grietas enormes e incluso vemos alguna cueva de hielo ¡¡ Que pasada !!
Según avanzamos, parece que el canal se cierra y no tiene salida, pero el barco sigue hacia delante. Cada vez es más estrecho y las montañas de color negro cubiertas de grandes capas de hielo, parecen más grandes, majestuosas. Nadie habla, todos estamos en silencio, llegando al final del canal, donde hay uno de los iceberg más grandes que hemos visto en nuestro viaje a la Antártida, es más alto que el barco.
Salimos del canal y llegamos a una zona que parece un lago lleno de iceberg, el agua está completamente en calma, parece un espejo. Vemos otro barco, pero hay un silencio y una calma que abruma.
Es hora de bajar a desayunar, aprovecharemos para admirar el paisaje desde la ventana del comedor, porque la verdad es que ya apetece algo caliente.
Mientras desayunamos, el equipo de expedición comienza a preparar nuestro desembarco, hoy estamos en el segundo turno así que tenemos tiempo para desayunar sin prisa y prepararnos. Nos informan que será húmedo, tenemos que ponernos las botas de agua y aunque la temperatura es buena, tres capas de ropa.
Montamos en la zodiac y llegamos a Puerto Circuncisión, una pequeña cala en la Isla Peterman. Este es el punto más al Sur en el que estaremos durante nuestro viaje a la Antártida. El nombre de la cala, lo puso Jean Baptiste Charcot, quien paso aquí un invierno en 1909 a cargo de la expedición Antártica Francesa a bordo del buque Pourquoi Pas, iniciales que grabaron y todavía se pueden leer en la roca donde se apoyaba la popa del barco.
Nada más desembarcar, nos encontramos con el Refugio Groussac, construido por Argentina, y una cruz en conmemoración a tres miembros de la British Antartic Survey, los cuales fallecieron en el año 1982 cruzando la barrera de hielo que había en el mar desde Base Faraday hasta Isla Peterman.
El cielo no está tan cubierto y con el sol incluso hace calorcito. Comenzamos a recorrer la isla por nieve, nos encontramos alguna zona con hielo, pero se puede caminar bien. El recorrido está marcado con varias balizas, y mientras avanzamos hacia unas rocas donde hay una colonia de pingüinos Papua y Adelia, vamos disfrutando de las espectaculares vistas que nos ofrece la Antártida.
Cuando llegamos a las rocas, el paisaje todavía mejora más, tras la colonia de pingüinos se ven las montañas cubiertas de nieve, esto nos permite hacer unas fotografías impresionantes. Pasamos un buen rato disfrutando de este lugar, en compañía de los pingüinos. Hay una pareja de Adelia con dos pichones ya grandes, aunque todavía tienes plumaje gris oscuro. Podemos ver muy bien como los alimentan y como los cuidan. Esta isla es el lugar más meridional de nidificación de pingüinos Adelia.
Continuamos el camino, junto a otros pingüinos que van y vienen, para llegar al centro de la isla desde donde las vistas son mucho mejores. A nuestra izquierda, vemos el barco Ushuaia con las montañas tras él, a nuestra derecha, una pequeña bahía llena de iceberg de diferentes tamaños.
Sobre alguno de los iceberg hay focas de Weddell descansando, algunas incluso tienen una pequeña piscina en el iceberg. Nos paramos un rato para disfrutar del paisaje y hacer fotos de nuestro viaje a la Antartida. Ademas, un poco más abajo van y vienen más pingüinos. Mientras estamos allí tambien podemos ver alguna foca en el agua. A lo lejos, en una zona de rocas, hay unos cuantos cormoranes.
Fermin decide seguir avanzando hasta la otra punta de la isla y yo me quedo haciendo fotos. Mientras estoy charlando con una pareja, frente a mi, vivo el momento más especial del viaje, de repente salta una ballena jorobada. Al principio me quedo sin palabras, pero por fin puedo avisar a mis compañeros, lo que nos da tiempo para ver un segundo salto. ¡¡ Locura total !!
Los compañeros que estaban más alejados comienzan a regresar, toca volver al barco, emocionados por lo que acabamos de ver. Mientras descendemos hasta la zona donde están las zodiac, vemos como un par de skúas están intentando coger las crías que tienen una pareja de pingüinos en el nido, para comérselos. Yo no quiero verlo, sigo camino hasta la orilla sin saber que en el barco nos espera una sorpresa, hoy es día de barbacoa.
La cubierta del barco esta muy animada, además tenemos sol, y la parrilla está llena de carne y verdura. Mientras estamos en cubierta podemos ver un montón de ballenas, algunas están durmiendo. Y todo esto, mientras disfrutamos de unos choripanes, morcipanes y brochetas de verduras. Pasamos al restaurante donde hay carne asada de la barbacoa, aunque como nos avisan que vamos a pasar de nuevo por el Canal Lemaire, decidimos comer en la cubierta.
Por la tarde esta previsto realizar un paseo en zodiac. A las 14,30 horas tenemos que estar preparados para navegar por Bahía Salpêtrierè, ubicada entre las islas de Booth y Pleneau. Esta zona tambien conocida como Callejón de los Témpanos, es un lugar donde hay menos profundidad y esto hace que los témpanos se queden atrapados y haya mucha cantidad.
La temperatura ha bajado, -1º C, el cielo se ha cubierto y el viento es de 44 nudos NE. Las olas ahora son de 2,5 metros, lo que hace que el paseo en zodiac este entretenido. Hay iceberg de todos los tamaños y formas, algunos son enormes, desde las zodiac todavía se ven más grandes que desde el barco.
Durante la navegación podemos ver cormoranes antárticos dentro del agua, gaviotas, Petreles, gaviotines, una foca cangrejera y un poco más alejada y solitaria, una foca leopardo sobre un témpano. Mientras las estábamos observando, el tiempo comienza a cambiar y de repente el viento sopla con mucha fuerza. Este viento hace que el oleaje empeore, el Ushuaia, por seguridad, tiene que alejarse de donde esta y nosotros tenemos que comenzar la vuelta al barco.
Ha comenzado una suave llovizna y la zodiac cuando choca con las olas, el agua entra y nos mojamos enteros. Tenemos que guardar las cámaras de fotos en el cajón donde llevan la gasolina, el agua entra por todas partes. El viento está moviendo muy rápido los témpanos de hielo y por ello se decide cancelar el resto de salidas. Volvemos al barco y tenemos que ir directamente a nuestro camarote, no hay nada que no tengamos mojado.
Como hay gente que se ha quedado sin salir en zodiac, el equipo busca otro lugar donde haya mejor tiempo. Llegamos a Bahía Flandres, la temperatura ha subido a 3º C, no hay olas y el viento es de 5 nudos NE. El cielo está totalmente cubierto, hay niebla y el paisaje es espectacular, el mar está cubierto de iceberg. Hay una ballena jorobada por la zona y comienzan a preparar las zodiacal para el paseo.
Mientras los que quedaban por salir en zodiac da su paseo, los demás disfrutamos del paisaje desde la cubierta del barco. Ya solo nos queda cenar y dormir, hoy ha sido un día muy intenso y largo, pero mañana queremos más de nuestro viaje a la Antártida.


